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  • Foto del escritorJoseMi Albornoz

Todos sabemos motivar.

Pero, ¿realmente sabemos cómo funciona? ¿Utilizamos las prácticas adecuadas?



En realidad, yo creo que sí sabemos más o menos cómo funcionan, pero quizás de una forma parcial.

Todos hemos tenido la sensación en algún momento de saber cómo motivar, y parece que nos resulta fácil a priori. Pero, cuando ponemos en marcha nuestro plan de motivación, a medio y largo plazo la mayoría de las personas pierden la motivación, y en ese momento que no comprendemos nada, nos preguntamos:

- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no funciona?

En otras ocasiones, también hemos tenido la sensación, de que nos es más difícil o imposible motivar a ciertas personas, y en esa situación, que no terminamos de comprender, traspasamos la culpa a otros:

- ¡Claro! Es que fulano no tiene compromiso ni actitud ¡Es imposible que se motive!

Al final, desarrollamos una forma de gestionar de la motivación, que solo tiene efecto en algunas personas y casi siempre a corto plazo.

Pero, si esto es así, hay muchas preguntas que hacerse:

- ¿Por qué a unas personas les hace efecto y a otras no? ¿Y es normal que la motivación dure tan poco?

-EL PALO Y LA ZANAHORA-

Si te has encontrado en las situaciones comentadas con anterioridad, seguramente estás gestionando la motivación con un palo y una zanahoria, o lo que es lo mismo con castigos y recompensas. Este es un sistema, que puede funcionar en algunas situaciones y con algunas personas, pero que al final es un sistema que se pervierte.

En el anterior post, ponía un ejemplo, que los que tenemos hij@s, hemos sufrido en algún momento.

- “Paga a tu hij@ por sacar la basura, y conseguirás que nunca la vuelva a sacar gratis

Este es un claro ejemplo de recompensa (zanahoria) condicional.


SI "haces esto" ENTONCES "conseguirás esto". Ofrecemos una recompensa a cambio de una acción.

- ¿Es efectivo? Sí, pero en el corto plazo.

Este perverso sistema de motivación nos llevará entre otras situaciones, a la dependencia de la recompensa. Es decir, si la recompensa desaparece, la motivación y por ende, el desempeño que buscamos, también desaparecerá.

Para entenderlo más claro, si le pago la primera vez por sacar la basura y a partir de ahí le digo que lo hará gratis. ¿Cuál será el resultado? Pues que en el 99% de los casos tendré que, o sacarla yo mismo o hacer uso de mi poder coercitivo como madre/madre; es decir obligar e incluso amenazar con el castigo. Si lo consigo, objetivo cumplido, baja la basura, pero,

¿Qué efectos tendrá esa acción obligada con oposición o ese castigo?¿En qué nivel se habrá quedado esa motivación?

La realidad en la mayoría de los casos es, que este tipo de motivación termina siendo ineficaz y con muchos efectos negativos en el ambiente de trabajo.

¿Tenemos otra opción?

Sí, en contraposición, encontramos las motivaciones intrínsecas, que al revés que las extrínsecas (palo y zanahoria), nacen en el interior de las personas.

Aunque antes de ver cómo funcionan las motivaciones intrínsecas, debemos comprender a fondo cómo funcionan las motivaciones extrínsecas, porque también son útiles y eficaces, pero hay que saber cuándo, cómo y con quién utilizarlas.

Lo que es evidente, es que el “palo” (castigo), no necesita explicación alguna, todos sabemos a donde nos conduce…


Entonces, ¿por qué no debo utilizar o al menos hacer un concreto y reducido uso de las recompensas o “zanahorias”?


Estos son los principales efectos negativos que tiene el uso de continuado de las recompensas en las personas:

Crean adicción.- Nos acostumbramos a las recompensas y cada vez, las necesitamos de mayor tamaño, además de dejar de tener efecto con el tiempo. Una vez ofrecida ala recompensa, nos obligará a mantenerla para seguir obteniendo el objetivo.

Potencian hábitos no deseados.- Las recompensas, nos pueden inducir en muchos casos a tomar decisiones inadecuadas (o nada nobles), que nos benefician o a tomar riesgos que sin recompensa no nos plantearíamos.

Pensamiento a corto plazo.- Nos centramos en el premio y dejamos a un lado, lo que no nos facilita una recompensa inmediata. Los premios, nos provoca. Una obsesión por el corto plazo y se dejan a un lado objetivos esenciales situados en el medio y largo plazo.

Reduce la cohesión y trabajo en equipo.- Tendemos a centrarnos en los objetivos con recompensa (normalmente más individuales) y se resienten los valores y buenas prácticas del trabajo en equipo.

Pueden reducir el rendimiento.- Las recompensas nos hacen renunciar a nuestra autonomía y pueden convertir la percepción de realizar una tarea de interesante a concebirla como una carga.

Reducen la creatividad y la innovación.- Limitan nuestro enfoque creativo e innovador para buscar soluciones alternativas debido a que nos centramos en el objetivo y la recompensa, dejando a un lado la búsqueda de formas alternativas para solventar los problemas.

Generalmente, el uso continuado de este tipo de motivación, no se sostiene en el medio y largo plazo, provocando la aparición de consecuencias no deseadas, como empeorar el trabajo en equipo, la capacidad de solucionar situaciones o problemas de forma alternativa, centrarnos en el corto plazo individua o la toma de decisiones que perjudiquen a la organización.

En resumen, el uso inadecuado de un sistema de motivación basado en recompensas extrínsecas (zanahorias), es peligroso y puede provocar un efecto contrario al que queremos obtener, motivar a las personas.


Autor: JoseMi Albornoz



Texto basado en la Teoría de la Autodeterminación (STD) de Edward L. Deci y Richard M. Ryan.

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