El Manual de Formación en Gestión de la Diversidad publicado por la UE en 2007, define la Gestión de la Diversidad como “el desarrollo activo y consciente de un proceso de aceptación y utilización de ciertas diferencias y similitudes como potencial en una organización, un proceso que crea valor añadido a la empresa, un proceso de gestión comunicativo, estratégicamente basado en valores y orientado hacia el futuro”.
Entendemos por gestionar la diversidad todo aquello que va más allá del reconocimiento y la aceptación de las diversas fuentes de diversidad humana, sino que además pretende la contextualización, desarrollo, apreciación y utilización de la diversidad humana como un factor estratégico, partiendo del aprovechamiento de las diferentes aptitudes y conocimientos en que cristaliza la diversidad para alcanzar una optimización en el funcionamiento de la empresa, y por tanto a un incremento de sus beneficios. La gestión de la diversidad supone la gestión objetiva del talento, y el talento no depende de razas, religiones, sexo, edad ni muchos otros factores que, tradicionalmente, han supuesto un motivo de exclusión del mercado y que, por tanto, han privado a las empresas de una fuente importante de talento humano.
La gestión debe integrarse en la realidad de la empresa para lograr ser efectiva, y esto supone actuar desde las siguientes perspectivas:
Desde una perspectiva organizacional, situar a la persona en el centro de la empresa potencia la innovación y fomenta tanto el desempeño como el compromiso, mejorando la cooperación y las sinergias.
Desde una perspectiva social, las empresas se encuentran insertas en una sociedad diversa, la diversidad de sus componentes es una realidad que les afecta y, por lo tanto, la empresa debe incorporar esta diversidad para poder comprender y actuar de una forma estratégicamente coherente con la diversidad de su entorno.
Desde una perspectiva ética, puesto que la discriminación de las minorías por las variables que las diferencian es un ataque directo a la dignidad de las personas que las componen.
Beneficios
Implantar un sistema de gestión de la diversidad supone un cambio integral de la organización, con las dificultades que ello conlleva. Se trata de un cambio que requiere el compromiso de la organización al completo, y la voluntad para modificar la cultura organizacional de tal forma que haga posible que la diversidad se entienda como un factor estratégico y, por tanto, se integre en todos los aspectos de la realidad de la empresa.
Beneficios de la gestión de la diversidad en la empresa a nivel interno:
Mejora del rendimiento del personal de la empresa.
Acceso a nuevos perfiles profesionales que incorporan talento a la organización.
Mayor retención del talento disponible en el seno de la empresa.
Incremento de la eficacia organizativa, consiguiendo una mejor gestión del capital humano.
Mejora del proceso de comunicación interna.
Mayor motivación y compromiso de las personas.
Cumplir con la normativa vigente en la materia a diferentes niveles (europeo, nacional, autonómico y/o local)
Beneficios de la gestión de la diversidad en la empresa a nivel externo:
Mejora de la creatividad y capacidad innovadora de la organización.
Una mejor reputación e imagen exterior.
Posible desarrollo de ventajas competitivas sostenibles en el tiempo.
Mayor comprensión y adaptación a las necesidades de los clientes.
Mayor satisfacción de los clientes.
Plan de Gestión de la Diversidad
Gestionar la diversidad supone pasar del enfoque tradicional, que se limita a dar respuesta cuando la diversidad se convierte en la fuente de conflictos, a un enfoque proactivo que extienda la gestión de la diversidad de una forma consciente y organizada hasta abarcar la totalidad de la organización.
Una adecuada gestión de la diversidad supone una gestión consciente, orientada a optimizar la adaptación de la empresa a su entorno, y en este sentido toda empresa obtiene un beneficio evidente por la implementación de una política de gestión de la diversidad, independientemente de su tamaño. Sin embargo, son las circunstancias únicas de cada empresa las que dictaminarán el grado de complejidad y la extensión de cada plan.
El Plan de Gestión de la Diversidad en la Empresa, en sí mismo, consiste en un documento que recoge toda la información relevante al respecto de la realidad de la empresa, y que a partir de un análisis completo del mismo, establece puntos de mejora y necesidades organizativas completamente nuevas, determinando las acciones que serán necesarias para alcanzar los objetivos de la organización y subsanar las deficiencias encontradas.
Así pues, el documento del Plan recogerá los siguientes aspectos:
El diagnóstico de diversidad de la empresa, en las variables definidas.
Catálogo de medidas destinadas a fomentar la gestión de la diversidad.
Objetivos generales y específicos perseguidos con el Plan.
Dotación de recursos humanos y materiales para el desarrollo e implantación.
Temporalización y planificación de las actuaciones.
Sistema de evaluación y seguimiento del Plan.
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